Nuestros cerebros tienen atajos mentales para reaccionar ante ciertos contextos, para una rápidamente respuesta. Estas acciones están determinadas por sesgos que afectan nuestras decisiones y por ende nuestras inversiones. Hoy vamos hablar de tres sesgos que pueden afectar decisiones al adquirir un inmueble. ¿Estás listo? Vamos!!!…
Sesgo de la confirmación: Este sesgo lo explicamos en el artículo anterior. Seleccionamos información de forma inconsciente solo para confirmar nuestras ideas previas. Incluso podemos alterar ciertos datos para que se adapten a lo que queremos. Al comprar una casa o un departamento, este sesgo nos impide analizar adecuadamente la información que recibimos. Por ejemplo: tomar la información de familiares, amigos y conocidos sobre un inmueble y no confirmarlo con datos.
El sesgo de conservación: “El primer análisis tiene más valor”: Este sesgo nos lleva a tomar menos valor a toda información nueva que vaya en contra de la primera información. Es decir, subestimamos los nuevos datos que no nos permiten conservar el primer análisis. Y se debe a que no nos gusta equivocarnos, algunos estudios muestran que se activan parte del cerebro asociados al dolor, cuando nos exponemos a errores. Por ello una persona que no toma en cuenta este sesgo, va a evitar los procesos de cambio que implica iniciar de nuevo un análisis. En el caso de tener que comprar un inmueble, si el primer análisis ha sido positivo, vamos a encajar otros datos que confirman nuestro primer análisis (sesgo de confirmación) y luego desestimamos (sesgo de conservación) cualquier análisis negativo posterior.
3. El sesgo del optimismo omnipotente: “piensas que siempre el futuro es positivo”. Este es el tercer sesgo que completa a los anteriores para tomar decisiones no muy efectivas.Toda inversión tiene riesgos en el futuro, y por ende la compra de una propiedad puede salir mal. Esto requiere una enorme inversión asociada a riesgo. El sesgo de optimismo disminuye la percepción de riesgo y aumenta la percepción de éxito. Por ejemplo. Muchas personas piensan que van a tener una gran pensión pública, y que no necesitan ahorrar para su futuro, desconociendo los gastos de salud que implican llegar a la tercera edad. O en la manera de evaluar el tiempo, y que llegas tarde a todas partes por no considerar el tráfico. El sesgo de optimismo omnipotente está asociado a una dificultad de percibir la realidad, y que en muchas ocasiones puede ser muy distinta a nuestras expectativas.
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