Emociones positivas para invertir: La confianza

La confianza ha sido una emoción muy vulnerada en la pandemia. Por ello, es imprescindible invertir en ella, pues esta permitirá al inversionista desarrollar el motor afectivo interno que lo ayudará a transitar los nuevos contextos.

¿Qué es la Confianza?

La confianza es una disposición emocional positiva hacia el futuro, que permite enfrentarse a los procesos de cambio y a otras situaciones desconocidas. Además, permite abrir un abanico de posibilidades para el desarrollo de nosotros mismos. 

Quiero ser muy claro: todos tenemos confianza, algunos tienen mucha y algunos tienen poca  confianza. Fortalecer esta emoción positiva, requiere, en primer lugar, trabajar la confianza en uno mismo. Según Bowlby y otros expertos, cuando un niño experimenta un apego seguro, explorará un entorno desconocido con seguridad y confianza. Por el contrario, cuando no lo experimenta, aprende a temer la exploración o a ser demasiado osado, exponiendose a riesgos inecesarios.

Posteriormente, como adultos, es posible identificar nuestros temores, modificar nuestras respuestas responsablemente, posibilitando la mejora de nuestras relaciones y la confianza en el futuro. Asimismo, aprenderemos a confiar en nosotros mismos y no temer cometer errores. Es imposible conocer a ciencia cierta lo que ocurrirá mañana, pero podemos explorar y conocer nuestros puntos débiles y fuertes, preparándonos positivamente para el futuro.

¿Cómo desarrollar mi confianza?

  1. Permitirse equivocarse: Al tomar una decisión, es inevitable especular con el futuro, el cual es muy incierto, tanto en los negocios, como la política, el clima, etc. Por ende, el error es una posibilidad a la cual debemos estar abiertos para no castigarnos por ello. Necesitamos perder el temor al fracaso, solo así podremos confiar en nosotros mismos y ganar experiencia.
  2. Debemos conocer nuestros puntos débiles y fuertes: para prepararse para el futuro y nuestras relaciones de confianza, necesitamos conocer cuáles son nuestras fortalezas para usarlas, pero también nuestras debilidades, para mejorarlas.
  3. Identificar nuestros temores: La mayoría de los temores son aprendidos desde pequeños. Algunos tienen una base racional, los cuales nos protegen, pero otros, irracionales, que solo nos limitan. Debemos enfrentarlos, a pesar de que nos generen desconfianza y vulnerabilidad.
  4. Aprender a reparar:  Lo mejor para generar confianza en uno mismo, es reparar los errores. Esto nos enseña que el futuro, en alguna medida, depende de nuestras acciones (locus de control interno), y no solo de lo que ocurre externamente (locus de control externo).
  5. Delegar: Paradójicamente, para confiar en nosotros mismos, debemos confiar en otros, al delegar tareas y responsabilidades. Una persona insegura no confía en otros, lo cual es una señal de debilidad que puede ser desarrollada.
  6. Buscar un refugio emocional: Enfrentarse a lo desconocido, es muy agotador emocionalmente. Por ello, es necesario buscar un cable a tierra, una base segura, que permita “cargar las pilas” para proseguir con el negocio. Estos refugios pueden ser la familia, un hobbie, la espiritualidad, etc.

Si quieres desarrollar la confianza, cuenta con nosotros. Somos Roble Chileno, crezcamos juntos.

Elías Sánchez – Psicólogo

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