Nos alegra compartir con ustedes, nuestros clientes, seguidores, amigos y familia, los productos enfocados especialmente en el inversionista inmobiliario. Hoy nos enfocaremos en un servicio destinado a hacerte crecer, la reorganización del inversionista.
Tax Expert_Reorganización
El origen del problema
¿Por qué la organización es un problema? Una palabra lo resume: desconfianza. Explico lo que quiero decir: el negocio inmobiliario descansa, principalmente, en la confianza que deposita el banco sobre el inversionista inmobiliario (deudor). ¿Por qué confía en él? Los criterios bancarios para confiar en alguien son:
- Contrato de trabajo
- Profesión
- Nivel de renta
- Pie
- Edad
- Activos
Por ende, como seguramente has comprobado en tus andanzas bancarias, mientras más y mejor de estos requisitos cumplas, más fácil será convencer al banco que pague, a tu nombre, el valor de la propiedad.
La desconfianza, entonces, nace cuando el potencial deudor bancario no cumple con estos requisitos, como por ejemplo, un trabajador a honorarios, una persona que desempeña un oficio y no cuenta con título universitario, etc.
Esto mismo se aplica a las sociedades. Es decir, las sociedades que las personas deseen formar no contarán con los requisitos clásicos para ser consideradas dignas de confianza por los bancos. Por ende, el inversionista inmobiliario ha optado, al momento de crecer, por hacerlo solo.
Tu inversión corre peligro
Los grandes inversionistas siempre lo han sabido: la sociedad es uno de los mejores vehículos de inversión que existen. Los motivos, para el inversionista inmobiliario, son dos:
- Separación patrimonial: Es decir, tu patrimonio como persona natural no se verá afectado por el éxito ni el fracaso de la sociedad y viceversa.
- Impuestos: el inversionista inmobiliario normal tiene un altísimo grado de incumplimiento tributario. La complejidad de la ley tributaria es tan alta, que le convierte, sin que lo sepa, en un evasor fiscal. Además, de cumplir, se encuentra en el peor de los mundos: debe declarar todos sus ingresos sin poder deducir la mayoría de los gastos. Es decir, tributa por ingresos, no utilidad.
La reorganización está a tu alcance
Lo ideal sería que el inversionista se constituyera, cuánto antes, en sociedad. El momento ideal para hacer eso es al momento de una venta, pues es una gran oportunidad para aportar una gran cantidad de dinero en una sociedad por acciones (idealmente unirse con otro accionista que aporte efectivo) y seguir creciendo desde allí.
Si, en cambio, nuestra inversión es a largo plazo, el remedio ideal es la empresa individual. Esta es una ficción tributaria que permite al dueño de los inmuebles actuar como empresa para fines tributarios. Es decir, no logramos la separación patrimonial, pero obtenemos acceso a las reglas del juego de las empresas, tributando por utilidad (ingreso menos gasto).
Y tú, ¿aún no te reorganizas? Somos Roble Chileno. ¡Crezcamos Juntos!
Claudio Albornoz, Abogado Tributario.